qué distinto es estar aquí, perdido
caminando solo por otro de los pueblos perdidos
mientras la rutina sucede y ya ha sucedido
mientras espero que vengan a buscarme
respirando este aire más tranquilo, más pausado
no conozco a nadie ni nadie me conoce
pero todos me saludad, esa es la costumbre
en la capital, sólo somos sombras que se cruzan
cuerpos que chocan en sus direcciones inerticas
aquí sucede lo contrario, el espacio es amplio
nos buscamos, vamos tras el encuentro
luego están los sueños rotos de estas poblaciones
los intentos de convertirse en residencia de verano
todas esas urbanizaciones abandonadas
asentamientos a medio construir por los que camino
gritando mi función a los cuatro vientos
desoyendo a los perros que ladran al extranjero
recibiendo la amable desconfianza de los vecinos