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(ricardo piglia)

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(pentti saarikoski)

domingo, 29 de enero de 2017

EXPROPIACIONES #4

Nunca antes tan difícil de responder a la pregunta ¿de qué trata el libro que estás leyendo? El título lo dice todo, es obvio. Pero no sólo va de eso, es algo más, una enciclopedia, un manual de supervivencia, una tautología personal de los conceptos que hay detrás del título del libro. Además muestra la dureza de la experiencia extrema en la que una trama ausente sucede: la búsqueda de la respuesta a todas las preguntas aunque quisiera no necesitar respuestas.

Todo empieza con una necesidad de huida. Hallarse en un lugar donde no hay concordancia, donde hay una brecha entre el entorno y el individuo. Encontrar, encontrarse con un mismo, no esa madera oscura, colonizada por memorias inciertas y una identidad frágil. Asumir el día a día en su crudeza, alejarse de los fantasmas que lo pueblan con promesas que difícilmente serán cumplidas. No hay nada al otro lado y el futuro no está escrito. Buscarse entonces en la experiencia extrema del bosque: un vacío terrible y precioso¸ que es donde sucede en este caso, lejos del asfalto, del lodo y de la loma. Lejos de todo.

Adentrarse en las profundidades de una tierra a la que no se pertenece como especie, al permanecer en lugares así, los espejismos del lenguaje se disuelven y la realidad se vuelve palpable. El bosque me ordena, me extrae de la circularidad interna y me muestra lo que hay, lo que es. Y me ubico ahí, en ese lugar, consciente de lo que me rodea, sabiendo que en realidad las dudas nocturnas son el espejismo y no al revés. La ausencia de ese lenguaje es agradable, me siento más presente. Ya no me esfuerzo por descifrar, es como si por fin entendiera que no hay cifras, que las cosas no se entienden, no en ese sentido, que simplemente son y que solamente al abandonar el cuestionamiento inane es posible pasar a formar parte de las cosas.

Al final desaparecer en el acontecer de las cosas, siendo parte de ellas. Huida final que ya no necesita más respuestas al alcanzar la calma en la lucidez de la indiferencia atemporal del territorio, las cosas prístinas emergen del fango, y lo demás es lo demás, lo que dejo en el camino, la somnolencia, la conciencia aturdida por los ruidos de la memoria.