Empecé el primer volumen de los diarios
de RP hace unos seis días y ya lo he terminado. Mientras duraba la lectura me
entero de la muerte del autor. Sentimiento de extrañeza, una muerte demasiado
cercana en el tiempo, no puedo evitar sentirme un usurpador. Aunque este
sentimiento-idea es estúpido. RP publicó voluntariamente estos diarios, los
revisó y corrigió con este propósito. Como
RP quería que se leyesen no es licito sentirse avergonzado por el hecho de
leerle. No es como en las obras de Kafka al que traicionaron, como todo el
mundo sabe, y se publicaron sin su permiso. Leer el diario de quien empieza,
todas sus dudas sobre su futuro como escritor es cuanto menos curioso. Ahora sabemos
que a pesar de todas esas dudas logró su objetivo. No importa. En el momento
del diario están presentes en todo momento. Pero, y esto quizá sea lo más
importante, no logran acabar con su intención de convertirse en un escritor. Él
lo consigue y con éxito.
No hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia vida.
… sólo quien lo ha escrito es creyente de lo que ha leído
… toda escritura tiene un secreto y es el lugar de una venganza
Soy inmortal dado que tengo memoria, y dejo testimonio.
… para hacer lo que uno quiere hacer es necesario ser capaz de rechazar
y de perder otras cosas.
La literatura es experiencia y no conocimiento del mundo.
Hay que tratar de ser rápido y estar dispuesto siempre a dejar todo y
escapar.
¿Dónde quedamos los demás? ¿dónde
quedo yo? Fácil respuesta, escondido tras este blog que nadie lee. Ni siquiera
tengo las mismas dudas. Las mías van más allá. Ser en papel no tiene porque
significar nada, de hecho, como tantas otras cosas, nada significa más allá de la importancia que cada
uno le quiera dar. En términos generales, voy a seguir siendo un desconocido
para la mayoría de la población y ser reconocido entre otros que son como yo,
para mí, no significa nada.
Mejor ser entonces en esta
sombra, estar tras ella. Ser un fantasma en la red. Uno más.