terminas de
currar hecho mierda
tu jefe
insiste en ser como es, sigue mostrando
ese
desprecio y esa altanería tan absurda
tener
conciencia de ello ni mejora las cosas
ni palia tu
cansancio, además
el invierno
trae consigo la pronta noche
son poco más
de las seis de la tarde y todo
ya está
cerradamente oscuro
piensas en
recogerte, descansar y aprovechar
las festividad
de mañana: más paredes
por las que
escalar, paredes inclinadas
con las que
retar a la amenaza de lluvia
pero la
tradición de estos días trae consigo
una última
obligación que cumplir
has de
retener tu ansia y tus ganas de no hacer
en el cajón
de los futuribles
algo que
cuesta, provoca un malestar
una
sensación parecida a una abstinencia forzada
una especie
de mono parecido al que sufren
los
drogodependientes, pues la verticalidad
hace tiempo
te engancho más que cualquier
otra cosa o
substancia que hayas tomado
entonces,
intranquilo, piensas
qué hacer
con tanta energía acumulada
energía en
forma de odio, el que te provoca
jefe trabajo
rutina ciudad tradición
todo aquello
que te obliga a estar presente
donde no
quieres estar
muy alejado
de donde si quieres estar
qué hacer
con todo ese peso
del que no
te puedes desprender
y sin darte
cuenta, estás camino del centro
más otra
noche más
en la que
todo pretende volver a ser