despertamos lentamente,
sin prisa
la noche ha
sido larga y el sueño reparador
el cuerpo
está preparado para darlo todo
un aparente castigo
que no lo es
a pesar del
machaque y del dolor muscular
hacemos lo
que hacemos con sumo gusto
ni el
cansancio acumulado ni el frío
de esta
mañana de invierno que aún es
ni asustan
ni nos preocupan
hacemos lo
que hacemos
porque es lo
que queremos, lo que deseamos
es nuestra
elección, nuestra no secreta adicción
pues nos
resulta imposible decir que no
a días como
este, días azules y despejados
nada mejor
para gastar las horas de luz
buscando
completar la línea propuesta
sin
detenernos en un pilla bicho
otro domingo
que rozó la perfección
otro domingo
que se despide
con el sol golpeándonos
en plena cara
mientras los
logros
que fueron
muchos y gratificantes
son ya
olvidados
con una
equis en el cuaderno de las ranitas