perdido en
los pueblos perdidos de españa
donde madrid
deja de ser ciudad y es campo abierto
entonces ya
no es lo mismo, es otro paisaje
otro
horizonte por el que se extiende mi mirada
sin muros ni
edificios que la detengan
pueblos
donde el frío es de verdad y el aire
tiene un sabor
límpido que entra en mis pulmones
haciéndome sentir
más vivo, un poco más limpio
pueblos
donde el silencio es una constante
no necesito
encerrarme en la música
para escapar
del bullicio urbano
son sólo los
perros que ladran al extraño
las gotas
duras chocando en el suelo de piedra
tras este
matutino deshielo, este es todo el ruido
que soporto
cuando, bajo un sol que ya no calienta
espero a que
los otros que me acompañaron
venga a
buscarme una vez el trabajo ya este hecho
(tantas
veces lo he escrito, tantas veces será escrito
la vida no
es más que una sucesión de esperas
donde nada
aguarda, donde nada se hace esperar
esperar a
que termine la jornada y de comienzo el día
esperar a
que termine el día y venga la noche
cargada de
secretos