vuelven las
mañanas de sentir gótico
la niebla
cubriendo las calles, ralentizando
nuestro
avanzar por la carretera
cuando ya
estamos camino ninguna parte
por los
pueblos perdidos de españa
que no nos
esperan, que no nos necesitan
a nosotros,
mercenarios del sistema
intente buscar
el cambio que aquí me trajo
este ir y
volver por los pueblos norte
un giro de
ciento ochenta grados
para poder
lograr una porción de aventura
tras tres
años de rutina, siempre lo mismo
un día tras
otro: idénticos cada uno
un mal
negocio: profundo sentir proletario
más y más
horas, sin que nada resultase
como en
aquel sueño de liberación
nada lo
mismo idéntico resultado
ya la rutina
es otra vez, un sabor a plomo
es el
invierno
que no nos
quiere