sin tiempo
para nada, así termina
esta larga
jornada en la que
todos los demonios han vuelto
todo ira: un cabreo comiéndome por dentro
todos los demonios han vuelto
todo ira: un cabreo comiéndome por dentro
incapaz ni mirarte a los ojos
sin tiempo
para nada, regreso en el metro
sin ganas de
ponerme a leer esa novela de juan josé
que tengo ya
casi olvidada
ni siquiera
un poema de rae
que son
breves y concisos, no
después de
tantas horas trabajando
la cabeza no
me da más de sí
necesito
entonces mirar al vacío
ver la profundidad
de abismo
por el que
camino suspendido
en una
cuerda floja cuyos extremos
no soy capaz
de ver: no sé adónde me dirijo
ya no
recuerdo de dónde vengo
sin tiempo
para nada arribo a una casa vacía
nadie me
espera más que un perro desesperado
una tibia
ducha que apenas calienta
las sobras rancias
del fin de semana
y la
televisión como única compañía