amanece otro
perfecto día de invierno
perfecto día
para volver a escalar
otra vez
partimos rumbo del embalse
temerosos
del calor y el gentío
que seguro
podremos encontrar
el ordenador
de abordo nos advierte
de la
perdida de presión en un rueda
la trasera
derecha para ser más exactos
tanto como
lo ha sido el invento este
que no deja
tiempo ni para la sorpresa
diez minutos
y la rueda de repuesto
ya está puesta,
el camino prosigue
se producen
sorpresas, ni el calor es tanto
un fina capa
de bruma retiene los rayos del sol
que golpean
con menos fuerza
aun así la
camiseta queda guardada en la mochila
ni el gentío
es tanto, apenas diez cordadas
ocupan el
muro, dejando muchas líneas libres
tenemos
mucho donde elegir
hay que
disfrutar de estos raros días invernales
es obligado
y nosotros así lo estamos haciendo
y en los
momentos de descanso
que me deja
la mañana
con una calma
fragmentada escribo
estas
palabras sin prever un final posible
todo es
horizonte, campo abierto
hasta que
llega mi turno y todo se vuelve
vertical
otra vez