felices las
horas de estos dos días
que juntos
hemos pasado alejados del trabajo
liberadoras
horas que nos juntaron –piel con piel
en una
pensión cutre del centro de la ciudad
donde por
fin dimos rienda suelta a todo ese
llámalo amor
llámalo pasión llámalo sexo
que nuestras
miradas no son capaces de ocultar
alejados de
cualquier posibilidad de encuentro
hemos paseando
bajo la lluvia cogidos de la mano
sin que nos importase
quién nos mirase
tras un
despertar: brillo en los ojos por estar aquí
ir a una librería,
contarte mis más ocultos secretos
comer hindú
sin soltarnos la mano y muchos besos
dejando los
trenes pasar antes de despedirnos
de decir
hasta mañana, la rutina que nos volverá a juntar
ambivalencia
al no poder besarte nada más verte