desde una noche errática e inexistente
fluye la mañana de un sábado
que desde el comienzo se presenta
ausente
suspendida en un mar de posibles
proyectos
a corto plazo
nada se presenta tan seductor
como lo que difícilmente suceda
la deriva del malestar
eterno que abarca todo este presente
un día nublado
un día en el que temer a la lluvia
deseada
un día en el que el sueño pasado
vuelva
revuelto en nuevas formas
nuevas apariencias
una nueva máscara
desde la que contemplar
paso a paso
minuto a minuto
hasta que las horas den dos vueltas a
la esfera
el mismo día que ahora comienza
envuelto en la bruma insoportable de la
incertidumbre