llego el día en que el ansia desesperada de fuga
comenzó a debilitarse, ya no se daban
ni tantas lecturas ni tantas salidas de fin de semana
no lo echaba nada de menos, y aquel era
el extraño acontecimiento, algunas cosas habían cambiado
una tranquilidad ajena se fue adueñando del suceder
desde aquella tarde, final de invierno
primeros instantes de la primavera
abriendo nuevos caminos, otras líneas de fuga