no queda nada, son sólo
unas pocas horas lo que le resta
al comienzo de nuestro viaje de regreso
volvemos a la gran ciudad
regresamos a la parte asumida de la vida
esa de la no sabemos cómo escapar
a dónde sí, cualquier lugar nos valdría
el caso es irse, emprender un viaje sin regreso
poner tierra de por medio
entre nosotros y la misma ciudad
a la que nos dirigimos