nos ha costado trabajo, un arduo trabajo
pero hemos terminado satisfactoriamente
con nuestras tareas y cometidos
en este ardiente día de calor supremo
antesala del caluroso verano que se aproxima
ahora, no podemos pensar en otra cosa
en los años pasados, en aquellos veranos
de nuestra juventud perdida
cuando la única obligación era disfrutar
con una vida que ya se nos ha escapado
pues nada cobra relevancia
en los sólidos años de esta insensata madurez
que nos lleva por los caminos erráticos
de una ficción de días obligados sin descanso
viviendo ya sin sueños, tan sólo vanas esperanzas
premios por ganar en juegos nunca jugados
sólo sabemos esperar ese golpe de suerte
que nos saque de esta inercia de días iguales
mientras la noche eterna termine de alcanzarnos
depositándonos en el sueño definitivo
ahora hace calor, sólo cabe esperar
aguantar la tarde hasta la caída
luego la noche vendrá y tendrá tus ojos