salgo
a la calle caminando como un zombi
el
calor sigue siendo, no ha dejado de ser
la
sequedad permanente en mi boca
es
muestra de la rendición de mi cuerpo
no ha
empezado el día y ya arrastro
este
cansancio que me obliga a caminar despacio
a la
espera de que se activen las alarmas
y la
maquinaria empiece a funcionar
con
perfección milimétrica
ya
tendremos tiempo para descansar
tiempo
para ocultarnos bajo una sombra
de
persianas bajadas y aire lento, inmóvil
este
es todo el verano que nos queda
el
verano que no ha empezado
aunque
ya sea el infierno en la ciudad dormida
y la
vida que creíamos que iba a comenzar
haya sido suspendida en este paréntesis de calor
una
distancia entre los cuerpos que ya ni se tocan