después
de trabajar, que mejor sitio
que
felicidad con su potente aire acondicionado
la hamburguesería
de franquicia
de la
esquina del curro junto al metro
por
un helado de dos euros
dos
horas sentado leyendo al frescor artificial
de
este detestable recinto
hijo
predilecto del capitalismo
pero
es que aquí se está tan bien
todo
es barato, precios populares
no
importa, hago que cierro los ojos
me
hago el tonto, y es que aquí
se
está tan bien y afuera es tanto el calor
que
no, no importa, hoy no importa
hoy me
quedo en este paraíso de bajas temperaturas
idénticamente
manufacturado, hecho para el pueblo
para
engordar nuestra estupidez