salimos a
media mañana, cuando el sol
está a punto
de alcanzar su punto más alto
abandonamos
la ciudad atestada
gente por
todas partes, tráfico y polución
los que nada
tienen por hacer
se reúnen sin
prisa para no parar de no hacer
otra vez al
pontón sin ningún propósito
porque está
cerca y no estamos por madrugar
al llegar
nadie, la pared casi vacía
toda entera
para nosotros
nada mejor
para otro día sin hacer
cuatro
cordadas bien distribuidas
apenas nos
escuchamos
un enorme
silencio ocupa estas horas
mientras que
la ciudad se divisa distante
otro mundo
lleno de hacedores, maniacos del hacer
que nada
saben de este no estar haciendo
de este
tiempo sin propósito, subir
por nuestra
amada verticalidad sólo por sentir
como las
horas se van mientras no hacemos
una profunda
satisfacción que se siente
en el brillo
de nuestras miradas
en el
silencio que nos trae de vuelta a la ciudad
cuando es de
noche y ya poco más
tenemos por
no hacer