una multitud
de voces ocupa la plaza
ninguna
conversación nítida
pasos que se
cruzan sin dejar huella
el espectáculo
del desconcierto ha empezado
muñecos
mecánicos entonan canciones tradicionales
mientras la
tarde empieza a oscurecer
las luces de
colores empiezan a cobrar protagonismo
una
felicidad a precio de saldo
niega a
quienes ocupan la misma plaza
cuando es
noche cerrada y sólo los náufragos
andan desorientados
tras perder toda esperanza
pero no es tiempo
de sermones, no estemos tristes
reza un
letrero, entra
pisa el paraíso, aquí no hay perdida posible