terminado el
trabajo
el metro nos
devuelve al barrio
un recorrido
de besos y abrazos
hablando a
ratos, tratando de olvidar
los cambios,
las nuevas imposiciones
el perro nos
recibe con alegría
sabe que
llego su momento
el parque le
espera
al bajar, la
primavera que era ya no es
la tarde se
ha cubierto y cierto frío
empieza a
ser cuando una sudadera
es requerida
por la piel
luego de
vuelta
tras un
canuto mientras esperábamos
la gran
cagada
subimos al
apartamento
nada queda
por hablar del día
en silencio
tú mirando
por la ventana
yo mirándote
mientras leo