ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

domingo, 10 de abril de 2016

LARGO DOMINGO DE DESTIERRO

es otro domingo de destierro
probabilidad de lluvia y altas dosis de pereza
nos hacen permanecer en la ciudad
alejados, cada uno en sus soledades
cuando el deseo es otro y múltiples sus posibilidades
un momento vacío que queda para hacer nada
para imaginar futuros que no serán resueltos
(la organización del tiempo cuando la tarea es densa
(perder el miedo a caer sobre la seguridad de la cuerda
(reconocer la verdad del desafío: vivir es no mirar atrás

entonces la mañana sucede como tantas otras
amanezco temprano por pura costumbre
un primer momento que sucede caminando sin rumbo
dejándome llevar por una inercia de recuerdos olvidados
un largo paseo para el perro que no decide nada
la mañana aún es amplia, son muchas las horas que restan
tras varios intentos de alcanzar lecturas atrasadas 
me dirijo a la ventana en busca de una respuesta
allí el muro extiende sus brazos en los que me recojo
concentrado sigo unos pasos que conozco a la perfección
el resultado es algo que los músculos agradecen
el cansancio proporciona cierta sensación de hallazgo

luego la tarde: sofá, manta y algún anhelo
(tu cuerpo junto al mío respirándonos en silencio
pero esta tarde hecha está para el destierro
larga distancia en la que contemplar el vacío que soy
en la gran nada que me rodea
hallar la paz que me reconforte con el mundo
saber que ninguna trama hay urdida contra mí
entonces como tantas otras tarde de domingo
salgo a pasear otra vez por las calles del barrio
la misma inercia de recuerdos olvidados
que no me llevan a ningún lado

luego la noche que llega cuando nada ha sucedido
en calma, prepararse para la semana que ya empieza
volver otra vez a la rutina resignado y sin miedo
nada que temer de los días iguales más que su peso
pero son muchas los lugares donde descargar lastre
con el uniforme planchado y la mochila lista
el lunes espera ya en la mesa de la cocina
al domingo sólo queda este último porro de hierba
y esta película que empieza y no veré terminar