ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

lunes, 2 de noviembre de 2015

ELLA, MI ABUELA

ella está tumbada en la cama del hospital
ella está esperando, ya sólo es cuestión de horas
horas que, quién sabe, pueden devenir en días
pero son sólo horas lo que le quedan
su tiempo, tras noventa y cinco años
sobre la tierra están llegando a su deceso
tocan para ella trompetas de bienvenida en el cielo

ella tiene la mirada perdida en algún punto
entre ella y lo que está sobre ella
quizá esté viendo cómo se abren las puertas
pero siente, percibe lo que le rodea
cuando la abrazas, ella te devuelve el abrazo
con una fuerza nunca pensada para alguien
que se está yendo, es consciente
del significado real de esta despedida
sabe como últimos estos abrazos, estos besos

su respiración es entrecortada
lenta a un ritmo fijo
lenta como la manera en que se está marchando
sin prisa, todavía quiere estar aquí
rodeada por su familia, se resiste a marcharse
vinieron a verla todos sus hijos
sus veinte nietos y de sus no sé cuántos biznietos
los más mayores, los que entienden lo que está pasando
también han querido venir a despedirse

ella la gran matriarca de una familia de mujeres
sin haberse ido definitivamente
me siento huérfano de ella
ella, mi abuela, se nos va, nos deja
pero siempre estará, imposible sacarla de ahí
en nuestra memoria, allí vivirá
hasta que su recuerdo se marche diluido
en el tiempo final que todos también seremos