todos los
años lo mismo, cuando
el invierno
empieza a acercarse
volvemos a
la pedriza y cada año
es como volver
empezar de cero
una memoria
corporal que cuesta recuperar
uno viene de
hacer séptimo grado
en las
escuelas de caliza, y aquí
hasta los
quintos cuestan
las manos
apenas sirven para poco y es difícil
fiarse del
lugar donde posicionaste los pies
la
frustrante adherencia es lo que tiene
pero hay que
verle la otra cara
un martes laborable,
la pared sólo para nosotros
el sol
brilla en el cielo azul
el silencio
del valle solo es interrumpido
por nuestra
conversación
y los perros
juegan tranquilos
después, el
día cae
mientras
volvemos a la ciudad