ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

jueves, 26 de abril de 2012

APOSENTO


Una noche oscura sin estrellas. Nubes opacas te avisan de la inminente lluvia. No hay donde ir. Caminas sin más, sin destino. Sin miedo al frío te envuelves en una vieja guerrera verde con bandera alemana. Encuentras un veinticuatro horas. Tabaco, un sandwich de pollo para comer y un cartón de vino barato. No tienes más opciones que esperar el amanecer en un parque, resguardándote bajo un árbol de frondoso ramaje. Anotas unas notas vagas en un cuaderno de hojas amarilladas que pretenden ser poema, hasta que los párpados empiezan a ceder. Apuras el cartón, te acomodas el cuerpo, y a dormir. Pasa un tiempo inderteminado. Despiertas, vuelves a ser tú. Ya has dejado ese otro mundo que apenas puedes recordar más que en pequeños detalles. La calle está humedecida por la reciente lluvia. Ese olor te agrada, el olor de la lluvia recién caída. Te entretienes un poco, te recreas en ese instante mientras estiras el cuerpo dolorido. Nunca un banco de madera será un buen colchón.