Quiero
escribir algo,
un poema
pero
las palabras, vagas,
no acuden,
permanecen,
espectantes,
esperando
un
algo que no llega,
un
algo que parece ir
por caminos distintos
a
este que se abre
en esta calmada tarde de primavera.
Una
brisa suave
dulcemente
entra por la ventana
mimando
mis brazos desnudos.
Intento
cazar de ella
algún recuerdo
con
el que dar forma
al pretendido poema
y
todo lo que obtengo
es más brisa suave, dulce,
nada
más que eso,
y un sol a medias
que
calienta mi costado derecho.