ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

domingo, 22 de abril de 2012

EL POST PARTIDO


No sé muy bien que ha pasado.
Ya se sabe, las relaciones son difíciles.
Tras el partido, seguí con las cervezas.
No mucho, quizás, tres o cuatro más
el par de litros que había en la nevera.
Luego para su casa. A despertarla de su dulce sueño.
No más para que me abriese la puerta
y con ella meterme en la cama.
Yo un poco borracho. Ella ya desvelada,  con el porro de maría
Hablamos de nuestro día.
De lo que no, de lo que puede, de lo que no da lugar a la duda.
Hablamos.
Luego, por qué no, un poco de sexo.
Sexo suave, tranquilo. Sexo con todo el amor que siento por ella.
Así, todo caricias hasta quedar dormidos.
Al despertar más besos, la felicidad de estar ahí y no en otro lugar.
Luego ella nerviosa, ansiosa, intranquila.
Yo perezoso, resacoso, con ganas de dormir algo más.
Una incopatibilidad manifiesta, infranqueable.
Un café, vomitar en el baño de su casa
y a la calle sin ganas yo, con ganas ella.
Más incompatibilidad.
Hasta que, tras varias escenas típicas
en las que otra vez discutíamos por todo y por nada,
esas nimiedades que pueden convertirlo todo en nada, 
sin saber muy bien por qué, aquí estoy
solo en mi casa escribiendo para saber por qué.
Por qué todo es tan difícil, 
aunque se de por hecho desde el segundo verso.
Por qué no podemos pasar un simple domingo,
con o sin resaca, sin discutir.
No lo sé, lo desconozco tanto
como desconozco la mecánica cuántica del universo,
su mecánica, nuestra mecánica.
Y por mucho que lo intente,
por mucho que escriba,
difícilmente me acerco a desenmascarar
el enigma de nuestra incompatibilidad.