No sé robar.
Nunca he sabido hacerlo.
Ni siquiera sé como tomar prestado
aunque luego, como quien dice, lo
devuelva.
Hoy día del libro.
Hoy día del libro y la rosa.
Hoy día de mi santoral,
seguiré, porque prefiero vivir con él,
sin matar a mi dragón particular.
Hoy, digo tras muchos rodeos,
me gustaría conseguir de un modo u
otro
uno o dos libros.
No más. Tampoco me gusta abusar.
Tan sólo tomar, coger, comprar, robar,
para transformar
y hacer mío
con subrayados y notas
tanto al pie como en el margen.
(al final,
uno comprado,
otro que tomé prestado:
La universidad desconocida, de Bolaño
y
Un buen chico, de Javier Gutierrez)