el escribe
piensa en ángeles y demonios
-algunos le rodean-
el bien y el mal, lo que hace y no hace
piensa
y escribe versos
esas pajas existenciales
hasta que
una voz irrumpe:
“perdonen ustedes, no tengo trabajo
me veo en la obligación de...”
todos callan
todos escuchan
en esta hora, un domingo
el vagón no va muy lleno
ni muy vacío
lo suficiente para que
un silencio
se haga notar
todos callan
unos miran a otro lado
otros ponen cara de pena
otros cara de magnificencia
otros de indiferencia
otros de asco
y otros, los peores, de quienes juzgan y condenan
alguno ayuda, suelta alguna moneda
en la mano vacía
otros ponen cara de poker cuando le miran
otros ni siquiera le miran
y algún valiente
que juzga y condena la pobreza
el no
el escribe
el escribe ausente de todo
escribe
para ahuyentar la paranoia
para hacer callar al otro
para justificar su misera existencia
el escribe