ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

viernes, 3 de febrero de 2017

MALA SUERTE #3

todo el horizonte está cubierto
las cuatro torres de la castellana apenas se ven
la ciudad como única posibilidad o el suicidio
pero esa no es una solución posible
entonces salir a caminar por la ciudad aunque llueva
iré a las calles del centro
a comprar algún libro, beber cerveza de importación
cualquier motivo que me sirva como excusa

llego en metro a plaza españa cargando con mi pesar
es día laborable pero el ansia de consumo no se pierde
seremos todos almas incompletas, almas solitarias
que suplen sus carencias con objetos
la lluvia no impide que se llenen las calles
turistas, consumidores
todos están aquí acompañándome silenciosamente

mi primera parada es la librería la central de callao
subo directamente a la sección de poesía
deambulo lentamente, cojo libros seducido por la editorial
leo algunos versos al azar y los devuelvo a su sitio
anoto mentalmente algunos posibles
luego siempre viene la duda, cuál escoger de ellos
hoy dos autores de la escuela poética de nueva york
o´hara y koch, se vienen conmigo a casa

pero es pronto para volver  
al día le restan una infinidad de horas
que tendrán que ser ocupadas en alguna manera
en la tabacalera hay una exposición de fotografía
ignoro el motivo pero hasta allí hay un largo camino
que me sirve como razón por la cual dirigirme hasta allí
por el camino comeré para alargar el trayecto

atravieso la calle preciados, más gente no puede haber
todos cargan con bolsas de plástico de distintos logos
la misma ropa, fabricada bajo las mismas condiciones
qué poco nos importa lo que suceda en la distancia
ni tampoco en lo próximo: en cada esquina
mendigos invocando al vacío con la mano extendida

la puerta del sol es un desafío
es como atravesar un muro de personas
imposible no salir en alguna fotografía
quién será, se preguntaran al volver de su viaje
ese que mira tan atento y distraído a la vez
a la cámara fotográfica

en la calle del príncipe me detengo en un asiático
un wok de verduras, pollo y salsa picante
tarde para comer, pronto para cenar
el restaurante está vacío y eso me gusta
mientras como trato de escribir algo
dar forma a los ecos que pueblan mi cabeza
alargo hasta lo imposible este plato de comida rápida
salgo entonces a por un café
busco una de esas cafeterías de moda
un sillón tranquilo, gente gentrificada a la que ignorar
un café, que por bueno que esté, no justifica su elevado precio

las ganas de ir a la exposición se disipan
algo que sabía que iba a suceder
entonces me acerco al mercado de antón martín
allí no hay duda, me esperan buenos vermuts
cerveza y buena conversación, saldré de allí de noche
con la cabeza lo suficientemente embotada
para alcanzar el sueño con facilidad